Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo
Queridos hermanos: 
Bienvenidos a nuestra celebración en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y
 Sangre de Cristo, fiesta instituida  por la Iglesia para honrar la 
presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
La  celebración de 
hoy  nos hace centrar nuestra atención agradecida en la Eucaristía como 
sacramento en el que Cristo Jesús ha pensado dársenos como alimento para
 el camino, haciéndonos comulgar con su propia Persona, con su Cuerpo y 
Sangre, bajo la forma del pan y del vino.  Dispongamos para nuestra 
celebración, poniéndonos de pie y con mucha alegría entonemos el canto 
de entrada
OPCIÓN 1: MONICIÓN ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS
Las
 lecturas que proclamamos en la solemnidad del Cuerpo y de la Sangre de 
Cristo nos ayudan a entender mejor lo que celebramos cada domingo en la 
Eucaristía. En todas ellas aparecen vinculados los conceptos de “sangre”
 y de “alianza”, aunque con un sentido diverso en cada caso. Escuchemos 
atentamente los detalles en cada lectura.
OPCIÓN 2: MONICIONES PARA CADA LECTURA
PRIMERA LECTURA (Éxodo 24, 3-8) 
En
 el Antiguo Testamento, Dios hace una alianza con su pueblo, que ya es 
figura de la Eterna y definitiva que se realizará por la Sangre del 
mismo Hijo de Dios    Escuchemos.
2ª. LECTURA: (Hb 9, 11-15)   
Cristo
 es el sumo sacerdote de la Nueva Alianza, que nos redime por su entrega
 perfecta al Padre, en el cumplimiento de su voluntad.
SECUENCIA:          
Con
 esta antigua secuencia, cantamos al misterio del que vivió siempre la 
Iglesia y del que seguiremos viviendo nosotros: el Pan y la Palabra de 
Dios.
EVANGELIO (Marcos 14, 12-16. 22-26)
Escuchemos a Jesús que hoy nos manifiesta su presencia real en la Eucaristía. De pie cantamos el aleluya
ORACIÓN DE LOS FIELES
Guía: Contestaremos todos: "DANOS TU PAN, SEÑOR
    
 Para que la Iglesia y el Papa, sean siempre la ayuda por la que 
descubramos que la Eucaristía es un llamado a la santidad y al don de sí
 a los hermanos, Oremos
      Para que los obispos y presbíteros, 
cuando presidan la Celebración Eucarística, vivan tan plenamente 
identificados con el Señor, que el pueblo vea en ellos la imagen viva de
 Cristo. Oremos
     Para que pronto llegue el día en que todos los 
cristianos celebremos la Eucaristía en la unidad de una sola Iglesia, y 
todos los hombres ofrezcan el único sacrificio que nos salva. Oremos.
    
 Para que el Cuerpo y la Sangre de Cristo conceda la salud a los 
enfermos, el perdón a los pecadores y la paz a los agonizantes. Oremos.
    
 Para que el Señor aumente nuestra fe y acreciente nuestro amor, a fin 
de que adoremos, a Cristo realmente presente en el sacramento de la 
Eucaristía. Oremos.
     Por todas nuestras comunidades. Para que, 
alimentados con el Cuerpo y la Sangre del Señor, vivamos en la unidad y 
promovamos la justicia, la paz y la convivencia. Oremos.
     Para 
que todos los que participamos del mismo Pan, vivamos llenos de fe esta 
Eucaristía y nos sintamos inmensamente agradecidos al Señor que cada día
 nos abre la mesa para darnos fuerza en el camino. Oremos
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Con
 amor presentemos al Señor el Pan y el Vino, con nuestro agradecimiento 
por haberse querido quedar con nosotros para ser nuestro alimento. 
Cantemos...
COMUNIÓN
 Acerquémonos con mucha alegría a recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos da la vida eterna. Cantemos...
COMUNIÓN ESPIRITUAL:
Al término de la distribución de la comunión.
Hermanos:
Todos
 aquellos que no han podido acercarse a recibir a Jesús Sacramentado, 
pueden hacer la Comunión Espiritual rezando la siguiente oración:
Creo Señor mío que estás realmente presente
en el Santísimo Sacramento del altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo
ardientemente recibirte dentro de mi alma;
pero, no pudiendo hacerlo  ahora sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si te hubiese recibido, me abrazo
y me uno todo a Ti;
Oh Señor, no permitas que me separe de Ti.
Amén.
DESPEDIDA:
La
 participación del Cuerpo y la Sangre de Cristo debe unirnos entre 
nosotros y llenarnos de vida, despertando en nosotros los mismos 
sentimientos del Señor, para amar a nuestros hermanos, como Él nos ama a
 nosotros.  Nos despedimos cantando...